lunes, mayo 12, 2008,5:42 p.m.
Diez

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Ten de Abbas Kiarostami

Por estos días, pero de hace un año, ví una de las pelís, más provocadoras, intrigantes, y sobre todo originales, que he podido ver en toda mi vida. Un tour de fuerza, que te desplega un critério fijo sobre lo que podría ser aquello de "hacer cine de verdad".

Ten, para muchos, es el reflejo de la máxima ironia y genialidad, que uno de los hijos prodigio de Irán, realizó en el 2002, pero para otros, es tal vez es el manejo de una sincronia tan pura con la realidad de una mujer, que divididamente se puede partir entre numeros perfectos. Tan perfectos, que pueden distinguir a esas perfecciones, con un número diez, y que el señor Kiarostami tanto juega, desde el quiz de suicidarse, y hasta el manejo de contar testigo que prescencien muertes pre programadas, como en "El Sabor de las Cerezas".

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En primer sitio, se monta una cámara en el interior de un auto. Se ve a una mujer, no muy grande, algo sobria, y con un turbante, que le proteje la parte superior del rostro, se ve agradable, e inclusive accesible ante una charla, misma que se ejecuta, y que transforma, a una simple conversación partida de diez cápsulas, en la perfección única de crear la asimiliación extinta de la mujer, con los eruditos números.

Uno.- Sale la mujer de un lugar desconocido, y se sube al auto. Otra mujer extraña también accede al vehiculo, al parecer es su cuñada, esa muje no muy madura, que comienza a charlar sobre eventos, y regalos sorpresas, que a una sensación precoz, llenan a agobiar a la otra mujer. Lo sabemos, el uno, siempre da inicio a saber, que lo agobiante de una mujer, es no estar en primer lugar, en el sitio concreto. Las iraníes percisten, pero no logran callar demasiadas torpezas, aún siendo musulmanas.

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Mania Akbari en Ten

Dos.- Sube otra mujer, al parecer es la misma de la escena pasada, ¿Ahora que quiere?. Sube triste, y con un humor enfático y torpe que sacude otro momento más de melancolía, quiere ser escuchada. ¿Habrá motivo para recompenzar con un apoyo moral, a aquella escalafranda destrozada?. Es paciente, y comprensible con féminas de su categoria, Ella quiere llorar, pero no le soporta. Ahora, quizás pueda relacionar un dos con su enorme tolerancia emocional. No molaría más que te escuchase una mujer que un hombre, cuando estás en la punto del fin del mundo, para así poderte salvar, ¿o no?.

Tres.- Entra un niño de desconocida edad, creo que ahora la madre irá a dejarle a su escuela, Él repela, y pide que su madre (la que conduce), justifique la falta de aquél día en el que ella acudió tarde a la escuela. Él desesperado, replica y exorta a una conversación bochornosa, él mima ante la posibilidad de saber, que habrá un premio de recompensa, ahora es ella, quién recure a mimar a uno de los pequeños hombres que ha procreado. Tres para realizar el arte moderno de consolar al necesitado, aún cuando éste, llene de gozo el poder de tener más de lo que se merece.
Cuatro.-Entra una Mujer, un poco más grande que la primera, pero con la necesidad de charlar, de manera parecida a los anteriores casos. Ahora, ella está preocupada, se siente engañada por su esposo, desconcertada, e inclusive dudosa de la propia existencia de ella misma en el momento. Se siente mal, y requiere de ayuda, la mujer de nueva cuenta exorta su opinión, y se pone en sus zapatos, crítica su caso, y realiza las medidas necesarias, que ella en su lugar tomaría. La mujer en un cuarto, toma las medidas necesarias, es explicita ante sus hechos, y toma los puentes necesarios para acudir a la cita. Un cuatro que la hace única.

Cinco.- Entra La Mujer Primera, al parecer se la vive en al auto-taxi, que aquella mujer está manejando. Ahora, va a compañar a la otra mujer por un pastel, las dos se solidarizan, y elijen mentalmente un modelo, crítican, juzgan e inclusive interpretan las propias escenas que se verán realizadas por un futuro, ahora ellas saben que es lo que aquellos quieren. La Intuición, la ópera prima, que aún sobrevive en las feminas, un cinco, que las apodera de predecir el propio destino con sus interrogantes, sus guiones inventados, y que llegan a ser más reales que la ficción.

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Seis.- El niño entra de nuevo, al parecer la madre lo va a traer, ella se siente algo cansada, y le pregunta ¿Que tál tú día, amor?. Atendiendo el punto, el niño ignora tal muestra, y le repega en la cara más faltas que la madre cometió en su momento. No me quieres, y al parecer nunca me harás caso, le exhorta con tono grotezco e inmaduro. Nada justificado, comienza a ofender al nuevo amor de su madre, rechaza la oportunidad de un dialogo ameno, es la bestia vil y barata frente a la matriz creadora. Ahora, ella tolera, e intimida, es inteligente al contestar, le muerde la boca al pez, y por los oidos muere. Comienza a dar sermones tecnologicos de la propia virtud humana en la étapa de la rebeldía adolescente. És inteligente, y captiosa, sabe eliminar en muchas ocasiones la posibilidad de odio en su camino.

Siete.- Ingresa la hermana de la conductora, una chica joven, y que toma el aire calibrado para conversar sobre mujeres, indiferente la charla, es lo elemental de ser mujer, que las identifica ante una circunstancia, se apega un dialogo sobre lo que le ocurre a la chica ¿Que sucede?. - Pues nada, cosas que le pasan a la gente. ¿Pero que gente?, - Pues aquella, esa, la que dobla a la esquina. La Mujer no entiende el llano, pero ante la indiferencia, solidariza con el dolor. Ahora puede ser la hermana pero quizás mañana sea la amiga, o la extraña. Un siete para la solidaridad mutua que puede brindar una mujer.

Ocho.- Sube una mujer mayor, al parecer peregrina a un lugar desconocido que le hace ignorante a los lugares que ella misma concurra a diario por medio de su auto. ¿Por quién reza?,- Rezo por mí, y por no dejar de reza. - ¿Tu creés en dios?, - Por su puesto, y usted? - ¿Claro, por eso vengo todos los días hasta este templo que tanta paz me ha dado. - ¿y tú, crees en dios? - No lo sé, a veces llego a sentir que no me escucha. - Años atrás, yo había sufrido un accidente, que me dejó destrozada, oré mucho y pedí paz y salud para mi vida, pensé que cuan lejano fuese la intención, sería la intención de lo que se pedía. Pero no... mi vida cambió y es por eso que regreso de todo aquello para agradecer. Las tragedías te hacen cambiar, ¿acaso no lo crees?. Ella se queda quieta, y no niega en el fondo, la necesidad de protección, que solo un dios generoso, protector y redentor, puede otorgar a sus hijos. No descarta la posibilidad de tener a alguién que le proteja, es mansa, e inclusive frágil ante los sentimientos, es ella.

Nueve.- Ya cae la noche, y ahora entra una mujer desconocida, una que inicia con una charla y termina adentro del auto por azares del destino. Es una protituta, sí. - Ella se sienta, y le pide que la lleve a una esquina que ella desconoce, pero al guiarse por las intrucciones, prometientemente llegará. Le platica de hombres, y de espacios vacíos que hay en ella, el por qué se prostituye, y el por qué de su soledad. Yo cobro por mantenerme, y no por seducir. Me siento suica al cobrar por querer, y no por necesitar. - ¿Llevas tiempo con ésto?. Sí, llevo un poco, pero está frio por estas fechas, ¿y tú?, - ¿yo que?, creo que no hay mejor sitio para mí, que estar viendo y actuando frente a una vida que se mueve. - Tús metáforas me gustan, - Lo sé. Se conmueve, y se adentra con una opción que se presenta, ahora lo mágico de estar frente a alguién desconocido e increíblemente extraño, pero tan parecido a ella, adentra en la teoría de encontrarse con opuestos a tí, que terminan cambiandote la vida. No se afronta, y es apta para seguir una charla de hombres y de trabajos duros, ahora no recuerda, y quizás nunca lo haga. Las mujeres tampoco tienen memoria para el dolor.

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Diez.- Minutos antes de bajarse, se pierde en el destino que la chica le ha solicitado antes de subirse, ¿Donde estoy?, - no lo sé, no llego a estos lugares para trabajar. - Veamos, creo que reconozco este sitio. - ¿En serio?, entonces no estamos tan perdidas. - ¿Estás cansada?, si quieres puedo caminar, hay muchos hombres rondando por allí que me pueden dar un aventón. - No descuida, te llevaré. - Ok, está bien. Ella se siente cansada, pero a casi una cuadra ve la luz del destino de la compañera de viaje. - Ella llega y la otra chica le sonrie, al parecer ha habido un éxito con sus travesías amateur, por lugares antes no visitados. ¿Que harás?, - Iré a descansar, he trabajado todo el día y estoy exhausta, - No, dime ¿Que harás?, - que ¿Qué haré? - sí, ... no lo sé, me intriga esa pregunta. No, que si realmente todo esto que quieres hacer en la vida, ¿lo harás?, estás en una posición mejor que yo, y tienes un infinito porvenir, ánda mujer, despierta a la vida, que para muchos, comienza todo de noche. - Sale del auto, le saluda, le da agradece y se marcha. - Jala el acelerador, y comienza su viaje de retorno. Ahora, sabe que la posibilidad de algo mejor está más cercano, que la de aquellos que se ven tan alejados de su propio porvenir.

Diez, una obra maestra, un retrato íntimo de la mujer musulmana, y por qué, del retrato vívido que se pinta de colores dominantes, con rojos, rosados, azules, morenos, que reflejan la vida de muchas mujeres en occidente, en mediterraneo, en lejano orientel, y en copas del sur. Quize mucho al señor Abbas Kiarostami durante muchísimo tiempo, y creo que no podré estar más tiempo sin ver algo más de éste excepcional director.

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posted by Arkturo
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