lunes, mayo 26, 2008,6:47 p.m.
La Vida Breve...

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"No sé si comencé a beber, por que mi mujer me dejó… o mi mujer me dejó, por que comencé a beber."

Jon O Brien, Mike Tully, Allie Wuornos, Hulber Selby Jr, me han dado una lección importantísima. “Cuando te sientas con esa misma sensación de estar sentado en el último piso de un motel de mala paga; ebrio, sin dinero, tras haber hecho tus necesidades humanas con quién se te atraviese, y con medio kilo de cocaína en tu trasero y pulmones, recurre a ese espacio de espectador, que siempre te quitará la retroalimentación, de haber estado viviendo en corto, y viviendo en breve…”


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Nicolas Cage y Elisabeth Sue en Adiós a las Vegas

Jon O Brien, el escritor Independiente, que dio a luz a Leaving Las Vegas, fue reclutado por el cineasta, tras haber recorrido los pasillos del Hollywood post-depresivo, que estaba renaciendo tras obras como Forrest Gump, y Pulp Fiction a mediados de los 90tas. Si bien las adaptaciones fílmicas siempre fueron un reto tanto para la obra como para el autor, Mike Friggis, el responsable, de la que para algunos llegó a ser, la película de referencia obligatoria sobre los Surviours-Man, o aquellos kamikazes andantes, que en algún momento estuvieron tras la mirilla, viendo lo mucho que les faltaba destruir, lo que para muchos no queda duda, fue que creó el modelo más americano posible de lo que de manera tan original solo se crea en el la Decadente Vida Occidental. O Brien capta a través de Leaving Las Vegas, esa misma fragancia “fría”, que posteriormente (por qué no decirlo), gente como Mike Tully con Cocaine Angel, Hulber Selby Jr con Requiem For a Dream, o la tan idolatrada Patrice Jenkis con la recreación de la vida de una de las tantas Alter-Ego de la vida Breve Allie Wuornos tan cercanamente Patty Jenkis, por Monster y la vida de la misma Allie Wuornos.

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Cocaine Angel de Mike Tully

Ben Sanderson un escritor alcohólico determinado a morir y a caer bajo el peso de su propio vicio, conoce por medio de su propia decadencia a Sera, una prostituta que se conecta a través del único enlace que los hace sentir en compañía de la luz protectora de sus vidas. Mike Friggs, aprovecha la inquietud de ese Hollywood ansioso de historias que enmarquen la decadencia de su propia agonía, mostrándonos tan fielmente, el historia dibujada de dos locos perdidos, que solo quieren tomar unos tragos, y divertirse oyendo un buen disco de The Doors.

Leaving en las Vegas sirvió como inca pié para que obras como Cocaine Angel se elaborarán, pero que a diferencia de la misma forma que intentan sobrellevar, es de manera tan distante que la a similitud del efecto entre la coherencia y el abuso de la propia esencia de la fabulosa amarillista y de decadencia occidental, se lleva a un nivel más cercano en ésta obra que tan amablemente Mike Tully incursionó por medio del movimiento mumblecore, que está haciendo bombas en los festivales internacionales como Sundance y SXSW. Cocaine Angel, cuenta la historia del mismo hombre fracaso que Cage dejó pendiente en Adiós a las Vegas. Travis es otro hombre que lo ha perdido todo por las drogas, ha recurrido a ese camino en el que añejamente el humano, siempre predispone para recuperar el tiempo perdido. No es una actuación bonita la que interpone el hecho de estar enfrentando un papel que podría rosar con lo mediocre, si no estar viendo a una cinta que fluye por el mismo método de estar puesto en el pantalón de un propio drogadicto. Damien Lahey, el actor que magistralmente interpretó a un drogadicto afligido y necesitado por aquello que perdió en el camino, a diferencia de Cage, te hace sentir bien cerca de la soledad y del efecto post-médium que la “la vida en breve” siempre pone n efecto después de eso llamado fiesta.

Coccaine

Mike Tully y Damien Lahey Creadores de Cocaine Angel

En Monster, cuando Lee Wuomos, recurre a pedir empleo en un buffet de abogados, sin nada en manos, ni nada en su historia laboral, a excepción de sus interrogantes origines en la prostitución, tiene una entrevista laboral con uno de esos abogados de mal caché. Él le pide que tome asiento, y mientras lee su apenas visible Curriculum, comienza a cuestionarla, ¿Qué sabe hacer usted? – soy buena en la oficina, y puedo tal vez ayudar aquí, a decir verdad creo que soy la mejor para el puesto – Espere espere, piensa que le daré un empleo y la oportunidad de ayudarme aquí, siendo que hay miles de personas con titulo allí afuera esperando. –hey, escuche, Todas mis secretarias tienen títulos universitarios, mientras que usted solo… - que a caso no se ha preguntado, que después de que termina la fiesta, no es hora de volver a eso llamado realidad?. Indirectamente, Wuornos, tras una patada en el trasero, recurrido al mediático modo de aflojar la boca antes de pensar con el cerebro. Una aptitud que me recuerda, eso que quizá no pueda explicar con tan fuerza, pero que en la semana pasada anduvo dando vueltas mi cabeza.

La vida después de la fiesta, aún cuando comprende un léxico muy poco apropiado, para una situación moral demasiado fuerte, se ha convertido en el des venir de las propias historias de decadencia, que los padres, de los propios padres, y los hijos de los propios hijos, han contado a través de la enseñanza social que se les han interpuso con el tiempo. No creo que surja una verdadera matriz, a través de la experiencia, para retar la verdadera afición de llevar una vida así. Creo que por más que sea oportuno, siento que ésta es una de las propias facetas que el humano a configurado para probar a través de su propia adrenalina, las circunstancias tragadas en la propia garganta. Y es que vamos, si por ejemplo, recurrimos a un cuarto caso, como el que tan logradamente crea Hulber Selby Jr, creador de Requiem For a Dream, parte de los motores que rigen la conducta adictiva, y que muy aparte de fundamentarse en problemas “de adicción”, están concentrados por ese mismo meollo que la sociedad ha estipulado como la cañería local de todas las personas pérdidas, y olvidadas por una vida real.



Smashing Pumpkins - Try, Try, Try

Es un ocaso desgarrante, y muy dividido para un medio publicitario que está latente a una señal optativa demostrar una realidad dentro de la propia realidad. No se puede confiar en el medio, ni tampoco en el canal, para adentrarse en historias que están a tres kilómetros de tu casa. És crudo, y aunque la condición de interponerse para poder derribar todo ese muro de rapidez, que muchas veces se viene intervenido con Alcohol, con la propia situación amena de vivir un presente eterno, y con un elixir de la eterna felicidad post material.

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posted by Arkturo
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