Hable Con Él

miércoles, octubre 31, 2007,3:17 p.m.

Photosounds; Una Terapia Intensiva Para Arturo

Ayer casi me muero de tristeza, había una apatìa tan enorme que no sabía como figurarla con mi envolvente pudor de persona ególatra, mi sutil comportamiento, hacía que todo pareciese normal, pero en sí me estoy muriendo por dentro, como Victoria Abril, Cómo Darío Grandialleti, Cómo Las Mujeres al Borde De Un Ataque de Nervios, y como tantas historias crudas que se ejercen en el mundo, y que sin o con el toque almadovariano, tratan de llegarnos a nuestra sensibilidad como reactores de casos que necesitan atención. Hoy después de las tres cajas repletas de pastillas que me he tomado, en casi plan Requiem For A Dream, he calmado un poco mi paranoia, el sol de punta a esquina me ha hecho suspirar un poco, con música del señorArturo Jiménez, y con sus fotografías enclaustradas en CD's, también han servido para que me mejore. Pero aún estoy en momento crítico, no salgo de la necesidad de afecto, y de el sentimiento de querer ahorcarme, y decir que ya estoy de cuenta final. Andaba muriendo y no era de otra cosa más que de soledad, de angustía de pagar algo queno funciona, de haber sido con tres quilos de retraso, rechazado por alguién, con otros seis más, por vivir en un pùeblo que a cadainstante me da puteadas, de no tener agua potable, de meterme en conversaciones como las de Todo Sobre Mi Madre en donde salgo perdiendo un poco la razón, aún cuando la razón siempre necesita estar allí a pegada, a pesar de que trabaje como puta en algún rincón, desvalidada por los enormes catastros que se han pillado a cada cual. En estos dos días me he acordado de Almodóvar y de como puede servir de terapia, el poder hablar con él, contarle nuestros temores, y nuestros miedos, nuestras anciedades, aún siendo lás más absurdas que logren acobijar, para poder salir del bajón, me he acordado de María Callas con los suicidos que me deprimen bajandome hasta los suelos, y me elevan alzàndome hasta las estrellas, de Beethoven con la recomendación de hombres tan sabios que me ayudan a sobrevivir, de Potts con su carisma de poderme desprender elaire que pocos puede, de Los Doves y de sus discos tan buenos que entre callejones me hacen sentir un hombre seguro en este momento de penumbra, y de las cosas e imágenes que te ayudan en terapia intensiva a poder salir del coma que padeces, del dolor más grande que uno puede sentir en el corazón, y de la ausencia de la fuerza que mueve a todo el mundo, el amor. El Amor es la cosa más triste cuando se acaba, dice una canción de Juan Manuel Serrat.