Los conflictos que se han formando a partir del fin de año, e inicios de este, se han involucrado a base de pura lógica con la cuál no he jugado como buen partidario. Se creado toda una derecha, que está en contra de mí y creo que necesito echarle kilos hacía ello,la mejor solución, leer . Y creo yo… dejar un poco el cine, aunque no del todo, pues es todo un vicio, y recreación que la transformo como un escondite de ideas que me hacen volver a vivir. Y justo el más reciente cine que he visto, tienen que ver con Polonia, y no precisamente innovando su cine que para mí llega a ser frío y en su vertiente, demasiado escurridizo para sus finales, si no también en su música, en su literatura, y en un comportamiento un tanto ajeno a sus eventos históricos con los que se vino fermentando en el pasado siglo. De Polonia, lo primero que se me vino en cine fue la premier de dos de los grandes Directores Polacos de Los últimos años, que junto con Wajda, otro director del cuál aún no experimento del todo, sensaciones propias, han enriquecido con otro tipo de directiva, mi propio acervo de cine, que por cierto, se vino a modificar creando una contracorriente del cine con el que usualmente convivo, y es que eso es fantástico, cuando del cajón se traen nuevos experimentos fílmicos, que a bien se pueden y deben experimentar.

La primera cinta ha sido Frantic, dirigida por Roman Polanski en el 89’, El director que posteriormente sería acreedor de la Palma de Oro en el Festival de La Costa Azul, en Cannes por “El Pianista”, presenta un producto, de base irregular, donde domina mucho el exeptisismo, y con esfuerzos, un guión plano pero con muchos, pero muchos hilos de narración, que se deslizan como si fuese un videojuego de espías y ladrones. La cinta cuenta la historia de, Richard Walker, un doctor de la clase media-alta, interpretado por Harrison Ford, papel antecesor del que después haría con el director Andrew Davis en "El Fugitivo", dándole rool a otro Doctor, en otro conflicto, y en Otro País.

Frantic / Roman Polanski

En la cinta de Polanski, Ford, realiza un viaje a Paris, para dar una conferencia a un grupo de médicos, y a sí mismo pasar unos días con su esposa Sondra, la cual en medio de lo inesperado, es victima de un misterioso secuestro que hará a Richard, su esposo, volverle casi loco en Instantes. Ver una premiere de un Director Famoso, pero que no vale con ello su aprobación total en los trabajos que realice, no es tan sencillo, pero no limita con lo difícil. Y en especial en este caso, la primera cinta de las muchas que veré… pues el señor me atrae lo suficiente como para adentrarme más a su trabajo, es un trabajo que por si bien tiene todo lo que caracteriza al Cine Oriental Europeo, carece en momentos de cierta homogeneidad con las características que envuelven a estos dos americanos. No por ello digo que no halla sido un trabajo por más que aceptable no, lo que siento es que siendo una película con participación de dos estrellas americanas, como lo son, Harrison Ford y Betty Buckley, las cuales en esa época, desarrollaban papeles más rápidos, uno en el Hollywood Occidental y la otra en papeles menores enla TV Americana, no dieron una buena participación dentro de la cinta, y en especial Harrison Ford, el cuál es quién más participa, ya que su coprotagonsita, a penas y sale en tres o cuatro cuadros. La cámara es excepcional, y el ironismo que se puede impregnar entre las calles de la Ciudad Luz, y la gente que interactúa con un extranjero es fantástica, y más para la época. Una de mis escenas preferidas es el final, que por si bien, estaba casi evaporando con otro tipo de elementos, que tenían que ver con el libro que leo –La Carretera, le colocó una cereza visual muy agradable para cerrar. Siempre se les agradece a los directores tomar en cuenta, este tipo de escena, ya que en gran parte gran parte de las emociones, se concentran en los planos en movimiento, en donde se puede llegar a centrar ciertos elementos que pasan a rapidez, con decisiones en movimiento y que hacen contemplar la vida misma en su pura y seca representación.

A Short Film About Killing / Krsysztof Kieslowski

Otra de las cintas polacas, y que gracias a la donación y afecto de mi querido amigo Mario, fue “A Short Film About Killing”, cinta que muestra el horror, que en cinco minutos puede provocar el odio apoderado ante un humano, y que crea toda escena por pedazos, sobre la naturaleza humana. En esta cinta, se nos presenta la historia de Jacek, un chico que sin razón aparente, asesina brutalmente a un conductor de Taxi, y que termina involucrándolo en un serio problema con la Ley. Piotr un abogado que recientemente ha conseguido su titilación de abogado, encara el inicio de lo que será su carrera como defensor de la justicia, frente a un caso que lo hará dudar sobre su capacidad para afrentar su realidad, y la realidad en la que ha metido al chaval, el cuál es sentenciado a muerte por los juzgados. En Piotr, Kieslowski, muestra a uno de los elementos que llegar a ser característicos, y con los que me doy cuenta, siempre tiene presente, y los cuales son, aquellos personajes que reflejan el horror, el miedo y la incertidumbre humana, plagada en sus temores, en sus bajezas, y en su rompimiento moral. Creando a bien una cinta que podría dar la continuación a la anterior “No amarás”, el director, lo único que hace es contar una historia que no nos deja con un final satisfecho, si no un final que queda como une ejercicio mental que nos sirve para vida, para ponernos frente a un juicio sobre lo que nos puede encajar en ese caso, con nuestros Actos. Kieslowski, además de crear todo un cuadro, que por bien es inferior a No Amarás, dirige con sus planos ya tradicionales, una cinta más, que tiene opiniones divididas, pero no por ello, baja de calidad. La fotografía me recordó a los países nórdicos, y la lentitud, que ya es característica de este par de cintas, a cintas como "Caché" de Haneke.

Creando, toda una emoción el cine polaco me sorprende, pero no me halaga totalmente, por un lado creo que dentro del cine, me falta aún más por experimentar, y siendo mi criterio, aún de dudosa procedencia, no creo que Polonia sea un mal lugar para genios, ni para hombres y mujeres que brindan buena calidad con sus obras, sus ambiciones, y sus talentos, ocultos bajo la manga, pero bien justados al cuerpo.

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