domingo, diciembre 23, 2007,1:56 p.m.
The City

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Vino una semana cargada de cosas que no esperaba. Finalizar la primera cadena de 7 dias, teniendo 17 me ha traído un viaje de reflexión, alrededor de 13 películas en el reproductor, y un libro que uno de mis amigos que desde los quince años anda haciendo ruido, me regaló como viaje inesperado, junto a un chaval montado en un carrito de supermercado con su padre, todo empaquetado en una silueta casquetada de color amarillo. Estuve emocionado por como me iba a comportar, y es que bueno, realmente no era la cuestión de ser otra persona, si no de evadir las cosas más estúpidamente fallidas con las que andaba pisoteando las agujetas en la anterior edad. Fue una semana en donde quise y me aproximé a concordar los diálogos más perfectamente elaborados, no quise bajar la barbilla, y en jorobar los hombros, caminaba con canciones de Micah P. Hinson, de los Hackanshaw Boys, y con todo lo que se puede desear para esta edad. Viví una semana con lo que comienzo a crear un vínculo de vicio, y con lo que me hallo. Aquello con lo que necesito fortalecer un enlace de decadencia y murmullo alto, llamado Realidad.

El Viaje de Xalapa-(la capital de mi estado)-, me trae consigo cosas que ya las tengo en la cabeza. En si traigo muchas cosas en ella, desde que comencé a ver de lleno todo este cine, que me ha vuelto más justo con las ideas que necesitan ser desmanteladas, aquellas que deben ser cortadas por pedacitos para poderlas digerirlas y saborearlas de verdad. Me di cuenta de algo tan enorme y tan sencillo de entender, pero que siempre me daba cegado el momento. La condición de vivir rodeado de otras miles y millones de máquinas pensantes que no necesitan de las Generalidades para avanzar.

Vivir en un pueblo, y con una edad baja te da ventajas, la de poder no gastar en autotransportes tanto, de no volverte tan loco y de recorrer con tus propios tours cada una de sus esquinas. He intentado por todos los medios posibles someterme a una mentalidad ajena a todo esto, no con ello quiero simpatizar con el hecho de que no halla nadie que tenga algún precedente de mentalidad abierta y más extendida, no... para nada, si no del hecho de enfrentarme ante algo que no está solo extendido en un pueblo de ocho kilómetros cuadrados.

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The City Scene


Algo que le aplaudo a Vladan Nikolic, sobre el efecto que te da “La Ciudad” para hacerles entender a nosotros, los chicos de pueblo, es la complejidad que esta tiene ante nosotros o cualquier otro ser que esté en un lugar fuera de su sitio, la capacidad para desarrollar con cierta maestría, los conflictos que a nosotros los humanos nos podrían llegar a surgir cuando logras hacer mancuernas con el drama, y con la desesperación de no colocar bien los datos. Él en lo particular, recalca mucho la cuestión de los inmigrantes, y de cómo puede surgir toda una estructura emocional, de lo que estar fuera de sitio, aún siendo naturalizado, mediado o con un índice de que aceptas a la tierra. Allí reside también el cambio de pueblo a ciudad y como toda esta transformación se va encasillando a cada una de las nuevas cosas que debes considerar. Mayoritariamente dirigido a una sociedad de la clase media-obrera Como Woody Allen con su amor por New York, y sus dramas tan humanos que nos hacen ver lo endebles que somos ante los primates elementos, como el dinero, la suerte, o el mas elevado, el amor. Así es Vladan Nikolic con sus inmigrantes, y sus estudios raros de las ciudades, en mentalidades de ricos, pobres, gánsters, homosexuales, científicos, y todo ese paquete incluido que puede traer cualquier lugar urbano.

En su nuevo proyecto “The City” aborda precisamente el tema de New York ciudad en donde actualmente reside, y en donde comienza a haber el aire de lo que alguna vez fue Yugoslavia. “The City” me pone mucho a pensar, demasiado podría decir, y más cuando ando en una etapa en donde veo que más allá de cuestionar las diferentes preguntas que a día me hago, necesito sensibilizarme con la cultura de Ciudad. Se me hacía muy curioso sentir una sensación de ignorancia cada vez que me subía al auto de mi amigo Hiram. Viendo a toda esa gente caminando, con los pasos largos, unos cuantos, -en su mayoría jóvenes- con sus audio culares, otros caminando, y otros cuantos en autos lujosos, todos mezclando como una ensalada, unos mirando y varios más sobreviviendo, por que a día lo único que puede motivarlos para despertarse, es hacer el otro intento de sobrevivir o perderse en el intento, -para algunos-.



The City Trailer


Y allí en plan Al Gore, con esas tomas que declinan pero que tienen buena intención de querer hacer caricias gráficas al espectador entendí de que allí está la vida rápida, la de los autobuses, y de los grandes consorcios, en donde necesito hacerme más preguntas, y no retomar las que tengo siempre en mi set, es todo un mundo distinto, los mecanismos rápidos, necesitas alzar la mano cuando llega un momento en donde no hay demasiado oxigeno, y no sé, creo, que no hay mejor ejemplo de querer estar en ciudad, que comenzando a sensibilizarse con ella. Creo que la mayoría de los chavales que planean irse a estudiar a una ciudad, ni por la mente se les pasará hacer toda un estructura en pedazos de cómo enfrentar a un coloso, todos ya ven en el sosiego, una vida fácil, o al menos, algo más cercano a eso, pero no sé, en mi caso creo que lo que meda también intención, es sentir esa otra sensación del ser humano, de vivir rodeado de infinidad de posibilidades, encubadas en recipientes altos, y en mentes de orden aleatorio. No será fácil, pero si creo lograrlo.

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posted by Arkturo
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