sábado, diciembre 15, 2007,10:18 a.m.
Sobrevivir a las Balas

Croupier


Hoy cumplo 17 Años, y pareciese como si todo el mundo hiciese esos complejos utilizados en la dirección, para filmar otra de las aburridas escenas que dan caché a este pueblo, ciudad, rancho, comunidad. No me siento grande, pero dentro de posibilidad, me siento en temple, corrugado, y sentado, esperando a que los regalos vengan por mí, insistiendo que aún puedo hablar y aún puedo decir gracías, a cual sea de las felicitaciones, regalos, y eventos que tengamos en puerta. Con mi bici, o la bici de mi hermano me siento libre y con deseos, creo que ha sido de los inventos màs fantásticos que el hombre halla podido crear, vivir, bajar, subir, crear, emocionar, transportar, todo se puede hacer con ella en un pueblo de 100 mil metros cuadrados. Hoy vengo en ella, y solo transporto una emociòn grande que si bien está fingida, por no querer hablar demasiado del tiempo, está allí puesta esperando a ser barrida como una paqueta de cartas. Es mi tanque en una guerra de palabras, de vistas, y de deseos no dichos, cruzar una avenida, una calle, esmodelar ante una pasarela de gritos, de susurros indiferentes, y de visiones de aquellos que no quierer hablar demasiado del tema. Y al final termino mi viaje en la estaciòn en donde trabajo, en donde dómo otro poco de la naturaleza humana que me hace volver al punto cumbre de toda existencia, el existir. No creo domar demasiado bien las cartas para poder compartir una realidad directa con algo que ya ha sido prefabricado, pero creo domar bien el interés injustificado de ego y orgullo del hombre que cae dentro de las intenciones que al hablar salen fluidas. Pido números telefónicos, contacto llamadas, y escribo cartas desmesuradas, gente entra, y sale con intenciones de soplar aire a otro estado, a otra emoción. Yo cauteloso, sin mucha razón convezco a mi persona para acudir y seguir haciendo todo lo que hago, sobrevivir a las balas, y a las otras historias que no cuento, para contar la mìa, y después de mil años escribir un libro que me haga estar dentro de la mente de aquella señora del tren, del bus, y de sus histórias de alcoba, que la hagan delirar a través de este puente de mentes que nace de las palabras ejecutadas a través de algo ya vivído. No tengo novìa, pero podría saber que es lo que se siente que te asesinen a la mujer que nunca te perteneció, o al reves, a la que te perteneció, pero que nunca estuvo allí, para ser cómplice de las desventuras que uno hombre de cartas, de llamadas teléfonicas, y de dramas familiares puede estar expuesto. Al final, cuento lo que sucede entre los intervalos de mi realidad que es propia a todo aquél que se atreva a meterse en ella, verdad, números y calles llenas de pistolas y tanques que están allí para crear de entre las sombras poderes mágicos que salen de entre las banquetas. No hay desarrollo tecnológico, ni mucho menos aportes a la ciencia, nada de eso con lo que me fustro y trato de llevar a bien, solo desarrollos psicológicos que te hacen ventilar más el cerebro y pensar que dentro de toda esta miérda puede surgir una obra maestra que solo sea entendida por los que realmente tienen el anhelo de abrir eso justo con lo que piensan e interactuan.



Croupier - Mike Hodges

No soy un croupier pero tengo todo el poder para identificarme con uno, manejo como nadie los nùmeros, las letras y los teclados obstruidos, desarrollo poderes sustentables pero invisibles para los morosos y pubertos ataques que el mundo me da. al final?, al final realmente lo que quiero es estar en paz conmigo e irme a casa para así celebrar la navidad, con un champagne, y escuchando a solas y con la luz del sol mi soledad con otra soledad que tenga forma de chica o chico, allí con su mente, sus historias, sus números, y sus apuestas para escribir la novela que a día narras con el humor y la desdicha de cada cual.

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posted by Arkturo
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