viernes, diciembre 14, 2007,7:38 p.m.
A Los 16

Lujubav


Mañana cumplo 17 años, pero parezco mayor, a nosotros, los chicos que vivimos rodeados de un lugar que solo perdona incomplejidades, y que viven en una familia numerosa, se nos forma una cara así como de hombres misteriosos, o intelectuales, aunque no sé si sea el caso, pero para mí ya es normal.

Contar una historia de grandeza, franquesa, hostilidad y paciencia, termina cansando a un hombre que intenta ser eso, un hombre que quiere contar y a su vez decir, todo aquello que no lo niega por dentro.

Soy un hombre, una mujer, y un niño a la vez, muero, y renazco de entre la tristeza de este mundo que convierte la desgracia en poesía, en himno para los caídos, para los abandonados, y los refugiados de su propio ego, y anormalidad mental. Caminando, hacia una vereda desconocida e inoqua, plagada de bichos, y de tierras ajenas, que solo nos confunden.

Estoy aquí, el hombre de los cuatrocientos golpes, el que oriunda en una sala de hechos y ecos enumerada con el 2046, y que a solas, logra verse con su amante menguante, el que lo espera después de medianoche para entrar y vivir en él.

Siento un mundo encima de mí, un coloso, grande, poderoso, que me aplasta con las aptitudes y las palabras, tan fuerte que ni si quiera logro crear consciencia de la magnitud y del campo de batalla en el que me adentro. Lento, solo y tibio, como un venado dentro de un lugar en donde se le venera, pero no se le existe.

Estoy solo, pero no triste, caminar me ha cansado, hasta un punto en donde necesito volver a lo básico, allí donde nadie vea que estoy intentando acomodarme con una aptitud y una identidad. Yo como hombre, y yo como necesidad integral de lograr vivir y así después existir. En las palabras negras, azules, y verdes, en los rincones vacíos, de espacios llenos, y en las galerías plagadas de números, de esos mismos, con los que estamos acostumbrados a vivir.

En medio de la nada, el único camino que me falta por recorrer, es el que escribo a diario en cada hoja de papel, a veces corto, y a veces con desviaciones que hacen irregularmente los hombres y mujeres que conspiran tras las verdades, y las decisiones de buenos hombres como uno, por qué soy buen hombre, no?.

Aprender a vivir sin hablar, o morirme en el intento, ahora el grito desahogado que enerve la soledad, es el grito que necesito para dejar otras cosas igual de pesimistas, y que siempre pesan dejarlas en el buró, y en la cochera del automóvil. Quiero volar, y entrar a un hotel de paso, para después ver como asesinan al vecino, irme a la guerra y ser castigado por un crimen que no conseguí, o renacer como una mujer que después de un intento fallido, aborta a unos cuantos días de su cumpleaños, más o menos a unos cuatro meses, y varias semanas, adhiriendo con días. Caer en un taxi que me lleve al quicio, y mi haga tirar disparos hacia el contra techo. Bailar en la oficina en donde trabaje, e interactúe con las máquinas, las sabias creaciones, de los deseos fustrados de los hombres, para que así ellas jueguen con mi cerebro, y logren crear otro tipo de terapias contra la angustia y la pocilga.

Crear una ración total conmigo, me ignora por completo un concepto con el que puedo realmente vivir, hablar con el, con ella, y contigo, me hace sentir bien, me hace huir de esta surrealidad que me mata, que me asfxia, entre personas pesimistas, enfermeras envidiosas, y niños pobres, que venden productos de belleza, para mantener a madres inválidas, aquí, y allá en donde filmo la historia de mi vida, la que al final de cuentas será empaquetada, y exhibida en algún festival extraño, que no acepte los formatos DVD’s.

Aquí, conmigo, como la necesidad básica de ser yo, en ti, en él, y en todo.




Donovan - Catch The Wild


Hoy me siento tranquilo de haber terminado por fin de arreglar el auto viejo de papá, el que le cansaba y lo hacía caminar más de la cuenta, limpiarlo será solo lo que lo hará sentirse más tranquilo, más al estilo psicodélico, como el de las canciones que te incitan a eso justo, a conseguir que el auto viejo de papá no dé más problemas para el viejo, que ya está cansado y dolorido.

Hoy termino los 16, y Quizá Lujubav sea la apuesta más cercana para darle tributo a todo esto, que se convierte en un paraíso de extraños, y de sombras pérdidas bajo los intereses, en un lugar de hombres, que tratan de caputrar el viento, y se pierden en los laberintos faunáticos, lunáticos, y aminiáticos, de los números, de los nucleolos, y los juegos de pocker que siempre distan de ser amables.

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posted by Arkturo
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