martes, diciembre 25, 2007,5:49 p.m.
De Vuelta Al Camino Largo

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A mí siempre me ha dado un resentimiento acerca de lo que la navidad puede llegar a motivarme, he pasado unas recientes cuatro navidades sin demasiado apego a ellas, ausentes de unaelogía que en el pasado me llegó a caracterizar. Curiosamente es algo contradictorio con lo que pretendí desde el primer día de mis 17, el dejar por un lado el pesismismo, y abrir por el otro, el optimismo necesario que puede enjaular a algo bueno dentro de la cochera. Ayer he recorrido a la Iglesia, menuda acción puesto que ya no suelo ir a ella, voy cuando me siento solo, o cuando necesito un detente, por tanta cangrena en las piedras que suena allá afuera, es algo fuera de lo común para mí. Por un momento volví a sentir esa misma sensación de los domingos, en donde iba bien parecido y con intenciones de llorar cántaros de lágrimas por la emoción que yo le tenía al culto religioso. He cambiado bastante al respecto, creo que me he vuelto más liberal, pero no por ello exhuelto. Aún tengo esas no-dudas que me ponen siempre, ni si quiera leyendo a Nietszche se me quita una pequeña dosis de eclesismo que tengo, y es que todo está muy apegado a mi vida. El punto cumbre ayer entre mis hermanos y mi mamá fue cuando comenzó todo el espectáculo. Las luces se apagaron, y con una reprocidad comenzaron a avanzar, se solía ver a la gente tranquila y pensativa, como si algo novedoso ocurriera, y puesto que aunque no estuviesen equivocados, yo por mi parte partía tranquilo, mi regreso a la Iglesia, pareció un estallido como el de las emociones que al inicio de el largo camino explotan entre la nada. Sentado allí recordé Northfork, y su metáfora sobre los caminos largos, aquellos tan largos que ni si quiera los señalamientos bastarían para abarrotarlos de principio a fin. Dentro de la metáfora sobre emprender un camino de regreso hacia algo que se postra infinito, fatigado de algunas cosas que pesan, pero constante, un viaje necesario para volver por un tiempo a lo manso, por lo menos mientras pase la tormenta.


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Mi camino regreso a volver tener ilusión sobre esta ilusa fecha, en donde lo que nos hace directamente es servir como motores de cambio, fue tranquilo, una pelea nunca basta para aplacar la sed. Me entretuve riendo, y comiendo camarones, de regreso a lo que anteriormente hacia, y es que en estos últimos años, no nos habíamos reunido los ocho, ahora nueve, integrantes de la familia. A todos se nos notaba cansados, como si en el camino regreso a casa, nos hubiesen a paleado. A unos se nos encontraba con empleo, y otros en el paro esperando el relevo de alguién, cada cual se les hacía un balance antes de la fecha ideal para hacerlo. Estábamos regresando por el camino corto, el que nos conduce hacia la familia, y el que está por más parecido, como el nido que nos acoge, después de que nos hallan disparado y cansado con escopetas de calibre 37°, y allí entre ellos me sentí como Forrest Gump, comiendo camarones de la empresa Bubba Gump, en medio de la nada pero rodeado de colosos, allí solitario con mis nuevos tenis, y esa carnada mortífera de agujones que esos comestibles animales traen en la cola.

Dentro de todo, regreso a lo que en el pasado me había idealizado en el camino dentro de la iglesia, por un momento lloré y comencé a recordar de lo poco o mucho que había en mi memoria respecto a estos momentos, pero sin barbilla y sin tantos años. Como era la navidad en pasadas anteriores, todo como un melománo carnoso, emprendiendo un largo viaje hacia el pasado, que no tuviese plagado de retardos ni paradas. Y recordé con precisión mis años antes de los 13, antes de que todo el cambio de ideas se implantaran en mi cabeza. Entre esa edad solía mucho esconderme de los cohetes, les tenía un pavor y hasta la actualidad, absoluto. Siempre me volvía escurridizo entre los niños que salían a sus celebraciones paganas, a pedir dinero a cambio de un baile poco elogiante pero si duradero. Las navidades en donde comenzaba a ser rebelde al comprarme discos de Rock, se ponian tensas y algo conflictivas, no creo que halla sido buena época para los soñadores. En aquellas grisaseas del cielo fechas, donde me acompañaban mis suéteres, era yo el que exclusivamente me encargaba de armar la representación de nacimiento de Jesús. El volumen que se cargaba en la familia a pesar de que era concurrido el sentimiento de estar en tope con todo lo del año, era con mucha aptitud para crear lo que fuese necesario para cerrar todo. Antes de que partiera el camino pero al reves, todo era endeble, etéreo, sin demasiada etiqueta, todo sutil y delgado, ni si quiera yo me ponía un rencor con el pesimismo.

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El amor, como algo que nos incita a volver, a lo seguro, a lo que no está cargado sin tantos plásticos, pero no puesto en algo prehistórico, y que nos sirve para vivir. Creo que Northfork servirìa muy bien para aplicar el término de la navidad hacia esta fecha en donde màs difícil se vuelve saber decir la verdad ante el compromiso sobre saber que es ella. Desalojando fanáticos Cristianos, Hombres con escopetas blancas, y personas poco ilusas para volver a eso que podría convertirse en lo ideal para los hombres. Tanto en la película como en la vida real, el concepto se capitaliza, aquellos hombres que al final solo desalojan gente, por ganar una pequeña hectárea al lado del mar, y no por que realmente podrían morir ahogados en medio de la nada, debaten ante lo que el pesismismo de alguna gente aborda ante esta fecha.


Siempre he dicho que el volumen de la conciencia humana se puede medir pero nunca calcular en precisión, se debe tomar las cosas como están y no como desearíamos, allí reacemos ante si es o no comercial e ilusa esta fecha. Como todo, esto solo es una aptitud, mientras que para los chinos pasa una temporada normal, para los occidentales y algunos otros ciudadanos extranjeros, es un momento para volver a rectificar y balancear lo que ha sucedido, los piedras dura quedaràn sin optimismo, algunos otros ajenos a una indole de reunión quedaran alejados, y solo puestos para una llamada, pero para los que indagan en el sentimiento de volver a recordar el camino, que absolutamente no rodea lo moral ni lo predeterminado, es tiempo para recobrar algo de fuerza para crear o aumentar lo que siempre soñaron ser y sentir en si mismos. Me hace llorar mucho el film, que elegante y magistralmente está dirigido por los hermanos Polish, y que sin saberlo, nos transportan en el regreso al camino de la verdad, de un niño que está muriendo en un viejo orfanato. Aquí es el tiempo, y por ninguna razon no se debe olvidar recoger.

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posted by Arkturo
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