En algún momento de nuestra vida, tenemos o quizá tuvimos, esa sensación de inseguridad ante el mundo que nos rodea. Tanto cachondeo, mala pinta, y eventos que en manera de miscelanea nos dan y vienen a nosotros los "cíviles" que entre nuestras escuelas, nuestras resacas de pensamientos, nuestros trabajos bien o mal pagados, y nuestros muros "nutridos" de esa ética que promete sostener al mundo de futuras inundaciones, solo nos confuden. Dentro del conocimiento filosófico existen tres preguntas que en algún momento alguién llegará a contestar, y tal vez ese ser sea el más afortunado sobre la tierra (que lo veo verde); ¿Quiénes somos?, ¿De donde venimos?, y ¿Hacía donde vamos?, todo ese rollo de mala pinta siempre nos sacudirá el coco, infinidad de debates, de medidas preventivas y de apoyo para sostener al mundo saludable, económica, científica y moralmente, han evadido la cabeza de infinidad de personas que se han pillado esa responsabilidad del mundo, para después ser "beneficiados" nosotros los hombres y mujeres que a punta lenta vamos hacía la gran escuela de la vida. Cuando la inseguridad nos lleva siempre la duda desconcerta lo que ya está alterado, recurrimos hacía el pensamiento mágico que a veces llega a consolarnos con sus mágicas sanaciones, a veces pensamos que el propio mundo se consume por el propio mundo, es decir, por la misma responsabilidad de querer ser mundo, eso incluye ante todo, el evitar a toda marcha una manera colectiva en donde no se encuentren pensamientos no científicos, y todo sea por metodos que sin mucha sensibilidad dan esos métodos tan inmediatos.

Ante estos días de estreno, he experimentado una sensación que se vió fortalecida por el paso del huracán, en mi pueblo. Rafagaz de màs de 160 kph, gente gritando, y yo allì a fuera tratando de caminar frente al poderoso viento, solo aludian a una de las típicas sensaciones que comparto con mi madre, la de estar agradecido por tal hecho. Desde pequeño, mi educación religiosa se ha ido fortaleciendo, y modificando, recuerdo perfectamente que domingo con domingo, hiba bien vestido a misa de 8 de la noche, en donde mi sentimiento hacia dios era profundamente deboto, lloraba con los cantos, y sentía ese rollo de profundidad dentro de mi cabeza, mi alma y mi cuerpo, el tiempo cambió algunos aspectos, tuve una fugaz época de sentimientos pop, en donde pensaba como la mayoria de los chicos de mi edad, pero no fué hasta entrando los 11 cuando descubrí, que a dios se le puede querer de otra manera, y siendo este incapié para haerme preguntas que me llevarían hasta ahora. Mi educación religiosa/moral, tuvo una filtración para ya entrando los 13, mi madre una debota alterntiva (pues le da cavida a la investigaciòn cientìfica, a la diversificación humana, y al estudio de otras religiones, y eventos sobrenaturales), me inculcò una cierta medida para nunca olvidar el hecho de tener siempre algo sujetado allá arriba, que me haga pensar y sensbilizarme con las cosas, oraciones, misas, eventos de exorcisimos que me marcaron de por vida, y sobre todo ese sentimiento que se siente y que se asemeja a (Jesus Camp), me hicieron ver que a la muy menuda y compleja situaciòn de la existencia, tenía que haber un espacio para darle lugar a dios, que es mucho mas allá, que edificios, estatuas, y monumentos edificados encima de otros.

Hurricaine Dean In My Town

Ayer ví cosas que muy lejanas a lo que he vivido, se comparaban con lo que tenía registrado mi mente, muchos vientos, mi casa por poco y vuela, pues el techo es de lámina, y mi cuarto que se vió afectado en una zona, en donde el poster de "L'enfant" quedò un tanto mojado. Allì con un minicaos, y una preocupación por las tremendas y poderosas rafagas de aire, mi madre solo sonreía, y nos miraba con la sensación de no sentir preocupación alguna por los hechos, al contrairo, sonreía agradeciendo, que todo esto pasara. A ella le alegra mucho el hecho de que "dios", envie este tipo de cosas para que el hombre se de cuenta a que rumbo va, yo no le fio del todo su hipòtesis, pero a momentos, la mera resignación, de que cosas peores pasarán, solo te hacen sentir diminuto en este mundo, como una pequeña hormiga que construyendo su choza, se ve amenzada por una lluvia ácida que cae en su hormiguero. Es a momentos suspírico, el pensar que con un simple desastre natural tu vida puede cambiar, y que solo es dios, quién en ese momento en donde ni con la tecnología puedes sobrevivir, quién te puede dar las manos con ese pensamiento mágico que después navegará por la mente. Todo esto es muy complejo, y relatiamente es profundo, luego de que la tormenta pase, siempre vendrá la calma, aún cuando tengamos encima a la vida que siempre gana.

Dante Alighieri, dentro de la ya clásica obra surreal literaria "La divina comedia", nos lanza uno de los más escalofriantes y controversiales textos, acerca de la polifacética vida de castigo en el infierno, de pena en el pulgatorio, y de paz en el paraíso, siendo todo esto visualizado a través de un sueño. La divina comedia toca mi vida con una seríedad que potencializada con mi ya posicion espiritual, se contrasta y generan una cierta inquietud con la manera en el que veo las cosas, es decir, yo no me considero una persona vanal, ni maldita, que se fie por ese materialismo que se construye en las veredas de lo surreal, pero de igual manera no me considero una persona fiel a la moral que surje entre la religión, y el esoterísmo, puesto que he llegado a la conclusión, de que, con referencia al avanze tecnológico, y la ya tan dada tecnología que nos azota día tras día, estoy prácticamente acorralado para pertenecer a esa masa sometida por el mundo real, en el cual el caos abunda, las injusticias y las malas voluntades del prógimo se asocian, y en donde no se predice hasta que se hace, ya que a este paso vamos finos. Me sorprende, la manera en la que me mueve tanto ese libro, además de el surrealismo puro y magistral con el que logra mover dentro de mi conciencia esa inquietud, por saber, a donde cabrón iré a parar. en uno de los cantos, menciona uno de los más significativos momentos que yo le logro anotar a la obra, en donde menciona que en uno de los circulos, se torturaràn, a aquellos de pantalones cortos que no logren decidirse por que rumbo tomar, es decir, aquellos que no logren consolidar su posición acerca de ser buenos o manos, en contra o a favor, siendo esto algo seguido, por la acción de dejar huella a bien en el recuerdo de los vivos en la tierra, con esto judas intersede bajo el poder que se le da, para salvar o no a aquellos que son recordados aún por los vivos. Por un momento uno logra ponerse con escalofrías, y justo ayer mismo estaba al escuchar mentalmente esas palabras sobre lo mucho poco que he hecho en mis 16 años de vida. Una extensa y tan compleja habilidad para podernos (en lo verde y personal), tan pero tan diminutos ante las atmósferas de la existencia, ayer justo después de estar en plan de debate del libro con mi tía, solo salí a la calle, con un café que casi no lo resisto, y una aire sumamente cálido, a la planilla de mi calle, un tiro de pensamientos solo rodeaba mi cabeza, para tratar de dar cavida a lo que por alguna razón, me inquieta y me hace pensar día con día, sobre la existencia de mi ser.

Saint Ralph - Michael McGowan

Con esa mismos pensamientos me vì rodeado estos tres días que han pasado desde el lunes, pensamientos que solo se fortalecen para haerme preguntas, y nutrirme con esos puntos de vista que te hacen ver las peliculas, y creo que de esas películas que te marcan y te hacen sentir plasmado con tus ideas, son las que valen para la caja de los recuerdos y chocolates que solo te hacen volver a pensar que nunca sabrás lo que en el futuro te pasará. Saint Ralph, una cinta de el ya debutante director canadiense Michael Mcgowan, asimila el pensamiento que me rodea desde los 14 años, sobre el saber mezclar la vida con el pensamiento mágico que se ve tan retirado como las estrellas, pero que te hace sentir una persona valorada con el mejor de los precios, con el mejor de los recuerdos, y con el mejor de los valores humanos. en el film se asimila fielmente como un adolescente, aún siente la necesidad de querer realizar las cosas bien para estar bien con dios, allí entre lo cautivo, y la culpa que parecen elementos insipantes con los que puedes convivir, pidiendo las necesidades del alma, que posteriormente te hacen sentir mejor persna, necesidades que no te hacen sentir culpa, y sobre todo que no te hacen sentir rencor con lo que haces. Allí, cuendo el logro se convierte en ganancia para al alma casi ya derrotada por aquellos los débiles, que en algún momento cederán. En busca de un milagro, o Saint Ralph, logra revelar esa tan dificil imagen que yo con mis letras quiero describir, la de un adolesente confundido entre lo real de la vida, y lo mágico de la creación y las fuerzas mágicas que se funden en esa otra dimensión que lo predice todo. Ralph, un pequeño de 14 se embarca en una carrera para tratar de conseguir un milagro, que dificilmente los sacerdotes le obstruyen, allì en su pueblo, logra prepararse con ese poder que nos logra sacar la escencia de creer que hay algo que nos motiva a dar un extra para conseguir nuestros logros, y si bien no lo confío, si reitero mi posición sobre el poder tan grnde que tiene la voluntad de creeer en algo que nos dará un extra para darlo todo, o si no pregúntenselo a la gente endemoniada de Puente Jula, y Nautla, que siempre dan un extra en voz, en power de manos, y en mirada, para tratar de rderrumbar cualquier barrera que se les atranquen, al final Ralph logra atrapar una lección sobre lo valioso de tener a dios, o a esa alma que mencionan en otra película (y tú que rayos piensas), para confirmar nuestra voluntad sobre las cosas que son poco dadas en nuestras ya raras vidas. Justo en una escena del maratón, me he acordado, de la carrera de toda la vida, allà cuando el sol quiere caerse, y yo con mis hermanos queremos aún seguir corriendo y esforzando nuestras diminutas piernas que quieren llegar a la meta imaginaria de una carretera hacia la capital, justo soliamos correr por esa larga carretera que ha cobrado vidas por doquier, y sin pensarlo mucho, pasabamos por impotentes imagenes de lunes al sol, que solo nos hacían brillar los ojos, y que nos hacian regresar a casa.

Run, Forrest, Run!!... - Forrest Gump, 1994 - Robert Zemeckis

Regresar a casa, en donde estarémos solos pero seguros de ese mundo crugientes de deudas, injusticias, tranzas, investigaciones cientìficas, políticas incorrectas, y trámites decrépitos que solo nos harán sostener por un rato más, simplemente nos hace sentir más seguro, ir por allí corriendo por las cosas para después volver, por que al final de cuentas, volver después de 20 minutos, años u horas, sería simplemente un ejercicio de olvido, que no nos haga recordar las ilusiones y las tristezas con lo que está cargado todo este atrevido pero bien dado, trabajo de vivir, por que al final, solo dios sabe, y si dios somos nostros, que más podemos preguntar.

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