Mis Lunes al Sol

Malo es la palabra para definir la ausencia de un ser primitivo como yo, dentro de los jugosos días de Agosto, que si por bien suenan bastante alardídos, se aumentan con un bonus por las ya sumisas acciones que he estado haciendo. Acciones tan malvadas, que a mi realmente me molesta por un punto que tengo demasiado claro en la realidad. El de no considerarme de tal naturaleza.

Mi ausencia en el blog se ha marcado y mucho, y quizá se marque aún más dentro del periodo de 10 días más. En sí son los últimos 10 días de una temporada Épica y que tiene mucha complejidad, una temporada larga, basta y con infinibles calificativos para otorgarle, pero no obstante también fue una temporada fantasma que se ausentó de multiples hábitos, y que de apoco se convirtió en un monólogo que me hizo o mejor dicho, me llevó por éste carril que despacito y torpe, llevo y comienzo a manejar.

He recibido emociones y lágrimas, durante ésta ausencia, muchas escenas de películas se me han pasado en la cabeza, y sobre todo sensaciones de estar vivo y de creer que todo esto es un melodrama que terminará con un final que está allí guardado esperando a abrirse. Pareciese como sí fuera el villano de las cintas en los días que transcurrieron, y es que una carga bastante pesada me ha hecho ser una persona distinta que dentro de lo que cabe, no tiene muchas posibilidades de fiarse por esos actos, mi carga no es un motivo ajeno, ni mucho menos una palabra materializada, si no un montón de malas intenciones que muy a pesar de malas son solo de quererle cambiar, se ven hechas en un niño de 6 Años. Desde inicios de Agosto, he tenido una rutina bastante corrida, no tengo mucho tiempo de escribir, prácticamente no tengo, pues mi jefe acaba de ser papá de su primogénito, y ando como gerente del trabajo en toda la tarde, mi día lo paso en el trabajo, llego a casa a oir gritos y pareciese como si fuera la víctima, pero más que eso, soy el villano y con justa razón hago hecho de ello por que lo soy. Es tán difícil apegarse a una rutina en donde por tu cuenta, te apegues a todo eso de lo que hablas, de lo que te inquieta, de lo que crees que es lo justo para el mundo, y justo entre esos pensamientos de lucidéz, vez que todo esto es una conversación solo contigo mismo, un circulo de vicio y castigo que en algún lugar terminará y se colapsará para la memoria de los muertos.

No he estado bien, tengo un horrendo corte de pelo, una crisis de sueño espantosa y un momento de soledad que me mata de a poco. A veces es dificil vivir alejado de lo que antes era una comuna elite de pueblo ciudad, ahora después de toda la movida vuelvo a mi getto, al lugar en donde todos andamos descalzos, sin camisa, tomando sodas, lavando autos, lavando ropa en el rio, de albañiles, de carpinteros, con sueños, y con la preocupación de que iremos a comer para la cena, preocupados pero felices, espero que ahora que he regresado, se me pegue tantito, esa felicidad que tanto me presumen.

Los lunes al sol vienen cargados de tristeza, de ese sol inquietante que alumbra los aparadores, que me ve la cara de un adulto gastado, absorbido del coco, y que solo gana dinero apra pagar deudas, deudas tan baratas como la hipocresía humana misma. Los lunes es de llegar a casa y sentirse el villano por no lavar la ropa en el rio, por no ayudar en el campo a mi padre, por poner el visto malo cuando voy por la cal, cuando golpeo en el estomago a mi hermano adoptado por faltarme al respeto, son lunes solos, y a momentos agonizantes en vida propia, un lunes ya simboliza el inicio de un mini holocausto que se sufre como los piquetitos de Frida o los agujeros provocados por una aguja, son tan tristes, que no puedes hablar por que sale tu misma gata pero revolcada.
Después de un lunes viene un martes, un martes de alivio fingido, que te hace recordar que esta y cualquier otra ciudad esta tan cansada como uno, martes que te hacen recordar películas, día con el que después del trabajo puedes sentarte a ver una película, que te de otra de esas lecciones que dentro de 3 horas no será tan poderosa, pareciese como si las películas fueran de esas drogas que solo te quitan la anciedad, pero que no te la extinguen, necesitas más dotación inyectada de la misma, para que después el efecto se termine y acabe por destruirte peor que al principio.

En Miércoles he tenido pesadillas, sueños partidos que solo me dan miedos, que me hacen pararme de la cama y salir por la puerta trasera para ir a ser pis en la tierra de el basurero que colgamos atrás, es un día para sentirte impotente de solo comer frijoles mal hecho que no tienes justuficación alguna para negarlos, son días parar ver tv y mirar la vida de otros, ahuyentada por esos consorsios que solo quieren que a la gente que se les paga, muevan sus lindos traseros y hagan movimientos con ritmos de negratas.

Para los Jueves una situación ligera solo se confronta con tener un problema de próstata inquietante, por comenzar con una gripe, y con ver a tu padre que solo gana 700 Pesos en el mejor restaurant de la ciudad sirviendo copas a Politicos cabrones, y algún vaquero friki que solo se concilia con las bebidas que les dispara a esas chicas que por bien o mal estarán revolcándose en algunas horas más en su cama, ver a mi padre cansado, y sin mucha autoridad, con un bigote preodominante y unos ojos que no resisten desvelarse más, solo me hace una paráfrasis de esos textos que uno siempre lee en la primaria sobre la felicidad. Ahora después de un día cansada, una buena tanta de gritos en casa no sienta mal para desubicarnos, el niño de 6 años es el problema?, no lo sé, quizá lo sea, pero creo que será mejor preferible el pensar que cada uno hace con su propia #ierda que esta familia esté tan triste como uno.

Para un viernes, pintar la casa es lo atípico, dormirse después de trabajar esa absurda plaza de cobrador de internet y telefonista que solo contesta un “espere por favor, por la uno…”, ya se convierte en una novedad absorbida, lugares vacios, yo con mi bote enorme de ropa tendido, mi hermano aún sin operar de la nariz, una visita ya dada desde el miércoles con nuestras primás y tías, un apagón, comida basura, pintura anarajanda, un disco de góspel, y una cinta, todo un licuado que por bien no tomarse, debería dejarse para el almuerzo, pero es malo desperdiciar lo que queda y si bien uno lo hace, que mejor que tirarlo, y después lamerlo.
Un sábado de pesadillas, de esas pesadas, que se reducen peor que un nuevo documental de Michael More, y de esos archivamientos sobre la comida chatarra gringa, un día enfermo y en completo cancerígeno, basado solo en un sentimiento de estar tan solo a los 16, te sientes triste, agobiado, con una gripa soplaplollas y con esa necesidad que tanto anhela leire, una necesidad de felicidad y de paz que solo los jararcas pueden comprar con su dinero virtual que nadie sabe con quién lo trafican. El sábado, es mirar las estrellas, sentir que por lo menos ellas no se cansan de nuestras lágrimas después de una ruptura en la oficina, después de no haber dormido en dos días por echarle el piso a los hijos que quizá luego pisoten con sus mugrosos zapatos. A Ellas un respeto inigualable, por conceder su tiempo con tan absorbidos humanos, absorbidos de fiabilidad con la verdadera naturaleza del ser humano, pero de que sirve mencionarlo pues esta en final perdido.

Mis domingos al Sol, mis domingos de dios, “Yo estoy bien con el señor…” yo estoy bien con la gente con la que trabajo, estoy bien con mis acciones, pero no estoy bien con mi pasado…, tan cansado, como si ya me hubiese casado, me hubiese divorciado, y autodespedido del trabajo, pero mirar que apenas y acomulo con los pantalones lo que mi edad me exige, yo no se mucho de nutrición, pero espero y exista alguna vitamina que me haga sentir que aún estoy vivo a pesar de mirar el mar, las gaviotas y esa barba que me crece día con día más. Y pensar que estoy bien, tan bien con mis días en sol.

Estoy bien, solo un poco cansado… creo que es hora de volver a casa.

Etiquetas: Cine, Personal