viernes, julio 18, 2008,6:59 a.m.
No Hay Marcha a Ciudad de México 4 Parte 3
Pues bueno la Cineteca me hizo hacer juzgar su estructura, en sí técnicamente el viaje que realizé fue para darme ideas arquitectónicas de ésta friki y tan guay ciudad. En lo personal y siendo consciente de mi poca experiencia como conocedor de estructuras. Es aceptable pero considerable a una extensión mayor, la estructura y diseño de éste tan importante lugar para la nación.

La Fundación Televisa brindó unas imágenes preciosas, me quedé boquiabierto por la expresividad tan cotidiana con la que se sembraban las fotografías. Para realizar una buena foto hay que tener un buen ojo. Y mi amiga fotografió de lo mejor, a cosas que están de lo mejor (vamos que es pintora).

Me Puse en plan modelo físico a colocarme en plan picado, pudo haber sido más simétrico el asunto pero nada estuvo organizado. Aún así me encantó toda esa zona.

Parte de las cosas que me agradaron fue la simetría con la que está construida parte de la la Cineteca, es de un modo u otro un laberinto de pequeños encuentros que te llevan al mismo lugar. Una Gran Sala de Cine (en su mayoría).

Haaa, me quedé enamorado de las fotografías. Andaba de petardo y muy folklórico ante las fotografías, que vamos se tona y mucho jajaja.

Joder una de las cosas que más me enamoraron fué su tienda. tantas cintas que pensé no ver en algún otro lado. Diez del Gran Abbas Kiarostemi, que en lo personal es una de las mejores cosas que he podido ver en todo este tiempo. Estuve a punto de adquirirla, pero mi poca intuición me falló.


Estaba el libreto-guión de Hable con Ella. Me sentí por un momento algo sensible ante tal circunstancia, quería llevármelo pero todo se quedó así. Quieto. Precio alto, y cosas poco planeadas frente a semejante cosa.


Entré y andaba fascinado, me quedé boquiabierto mientras mi amiga solo me tomaba fotos, salieron terribles, y yo con cara de gilipolllas, solo la coloco por el recuerdo, pero salgoo muy muy chorizo. Jooo...


Más fotografías y más cosas encontradas.

Y más fotos dentro de todo este recorrido, ésta de arriba era en la central, no dormí nada así qu andaba fatal de imagen, solo quería ducharme y ya.

Aquí es donde me quedé una noche, la primera, estuvo muy friki todo el asunto para poder llegar hasta allá y allí está Martha mi amiga y guía incondicional para la realización de este viaje


Y me puse en plan narciso con la cámara del Celular, pero vamos que no soy de lo mejor, pero intenté hacer caretos.

Y al fin... llegué a la Cineteca. Tenía casi 6 años que no iba a un cine por obvias cuestiones geográficas del asunto. Estaba muy pero muy emocionado. Entrar fué una de las cosas más placenteras que pudo haber en esos instantes. Recién entrando me sentía en un refugio (en un Shelter) que quizá me abrigará en varios instantes de mi futura vida. Entramos y fascinado de cada situación terminé por concluir esa locura con una biblioteca llena de libros, de pelis, de cosas, de un centenar de situaciones que me volvían loco, el guión de hable con ella, de volverás, cintas que no pensé encontrar en otros momentos, fué toda una locura. Me contuve y traté de respirar profundo, compramos los boletos para ver los 400 golpes y sentía que el valor de éstos, era invaluable ante cualquier precio. Me compré el póster de Paranoid Park y me senté junto ala mesa para ser fotografiado por donde fuese. Estuve de aquí para allá esperando ansioso el inicio de la función. Me tomé uno que otro souvenirs, y un montón de ojazos de gent friki que andaba por allí pescando la vuelta. Era todo un pollazo de alegría el que me había puesto, y llegó la hora, el horario era el de las Cuatro y media, y llegamos casi a tiempo de que se terminaran los lugares. Compré palomitas grandes de 20 pesos(1.03 Euros, por si himmen quiere saber el equivalente), y bueno nos sentamos y casi apretados de tanta tensión (en mi persona)comenzamos a picar con un poco de palomitas y en lo personal con un té raro de procesamiento industrial que me había comprado minutos antes de que todo iniciara. Comenzamos a platicar sobre si Martha había visto en algún momento a algún famosillo por allí rondando, y vamos que se nos monta uno enfrente. Era una chica que había salido en algún culebrón barato que produce Televisión Azteca, con voz triturosa y un look muy pijo. Era todo un evento la función, que ni imaginarme que estaba el hermano de un chaval de Msn muy buena onda que conocí en el Blog. Que bueno, ni si quiera le dí el visto, pues ni lo conozco. Justo pasó lo mismo con un chaval que cerca del Zócalo le hicimos la parada y le preguntamos por sus tenis ( es que bueno, andaba buscando exactamente unos como los que tenía. Era un poco pelotudo el asunto pero bueno. La función inició.

A decir verdad, Truffaut me dejó con un sabor de boca dividido. Había oído majestuosidades de la cinta, pero sentía una sensación poco confortante al ver la cinta. No dudo de su calidad filmica, pues creo que para la época y las circunstancias con las que se aplicaban las escenas. Era innegable el logro que se estaba haciendo. Inclusive, hay escenas atemporales, que reflejan parte del mismo cine que se hace hoy en día. Una escena inolvidable y cómicas imágenes que figuraban a un chaval cualquiera en busca de una identidad provenida a través de bromas, pasadas y cosas raras que a él siempre le suceden. Que si se muere aquella persona, que si esto, que si lo otro. En fin... Terminé con una escena que me hizo recordar otras cintas. No era suficiente tener los 400 golpes frente a mí. Todo me hacía recordar cosas, creo que por eso todo el peso residió en la cinta, y la hizo fuerte dentro de algo que no aspiraba a más (así lo sentía). Salí satisfecho, pero esperaba haber gritado de emoción. Me sentía bien de haber visto una cinta como ésta, que desde cualquier punto me hizo sentir bien.




Los 400 Golpes de Francois Truffaut

No estaba decepcionado, inclusive me sentí atraído por el estilo del director. Salimos y nos topamos con unos amigos de Martha, la Ciudad de México es tan grande y tan ancha como para encontrarnos a gente tan cercana a sí de sencillo. Y pues nos marchamos a casita. Era algo tarde y teníamos un hambre de los cojones. Había ido todo en marcha como se esperaba. Según allí me reuniría con dos colegas que al final no aparecieron. Tomamos varias líneas de metros y llegamos a la casa de Martha en Xochimilco. Algo muy raro camino al estudio de ella, había situaciones muy raras, vez a la gente cansada en general el panorama muy distante a las historias que tu tienes. Digo, es una ciudad inmensa y es notorio ese sentimiento, además de que todo se tornaba largo por lo distante del camino, pero valía la pena subirse a esos lugares a ver por lo menos la presentación de un montón de historias, que ve tu a saber que morro, amor y esperanza no han de tener. Llegamos a Xochimilco ya de noche, yo andaba fatal. Me quité los zapatos y solo me arreglé un poco, comencé a andar malillo de la garganta y a enronquecerme, eso no era nada guay pero bueno. Entre una y otra silueta de buen humor comencé a pillar el sueño. Le envié un Mensaje de Texto a un amigo que andaba fuera de la Ciudad, y al que le he tomado mucho cariño desde que le conocí. Andaba en plan de trabajo y yo allí tocando los huevos. Pero vamos, estaba muy cerca de él y con la emoción de tener tan cerca a semejante figura pues joder, la emoción no se contiene, que vamos hasta estuve a punto de llamar. Terminó el primer día entero en la Ciudad de México de éste viaje y andaba muy bien ante todo. Me sentía con apetito de solo pararme y continuar con un siguiente día que prometía mucha marcha, aún cuando en Ciudad de México no se presenta tanta.

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posted by Arkturo
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