Hace un par de días mantuve un par de experiencias impactantes, cosas que sobrellevan el sentido común de responsabilidad a otro estado mental de mi consciencia, que aunque, transcurrida con lentitud, aún quiere absorber poco o mucho de lo que todo esto pretende introducirle en sus retorcidos espacios. En primer sitio, me he confrontado con uno de mis mayores miedos, el calor, y la purificación del cuerpo, por medio del cuál ese tipo de circunstancias adquieren un nuevo sentido. Siendo prevalentes, las experiencias dentro de los temazcales, un espacio sagrado, y de un modo u otro, centro para la purificación del cuerpo, en el modo más bien intencionado, llegaron a ser una sintesis de lo que posiblemente llegue a crearse, a través de la belleza interna de las emociones. La estética que prevaleze en la humanidad, ha sido confinada en un molde mediocre, aún no se ha impulsado el enorme potencial con el que se recorre a la propia sintesis humana. Dentro del Temazcal, esas emociones se convierten en una sola para pedir ayuda, una muy alejada de la que verdaderamente necesitamos en el mundo real. La temperatura se eleva, y las exigencias del cuerpo, comienzan a notarse, es el vapor el que comienza a engrandecer la necesidad de cambio. La belleza humana en el centro humano, ha sido mal intencionada. muy a pesar de que los enormes logros que el arte ha tratado de demostrar con sus aptitudes y conmociones, ha sido solo una parte, y de ella, otra muy pero muy resagada, la que ha sabido involucrar al verdadero espìritu de la necesidad de ayuda para recuperar a la belleza interna. Bellezas de igual manera, son las que confunden al laberinto de costumbres que han perseguido al ser humano, aquellos demonios que se han mezclado con el purismo de la técnica humana para la expresión de las emociones. Algo que me recuerda esto, es el abanico con el que un buen director como lo es Sam Mendes, reflejó en un laberinto de posibilidades como lo es Belleza Americana, en el cual mezcla y difunde en todos los tonos posibles, la expresividad y la belleza desmesurada con la cuál el hombre se ha sabido pintar y proyectar. Belleza Americana, muy a pesar de colocar el lado más oscuro de la obsesión humana, me recordó que hay algo que aún no he sabido experimentar. Un espacio y un momento que es determinado para colocar como el único momento clave de una existencia para deteriorase a modo de aprender de la propia naturaleza humana. Muchos han sido los caminos que el propio hombre ha consolidado con su existencia, e inclusive muchas han sido las paredes con las cuales se ha topado su ingenuidad. El abanico de fustraciones, miedos, manìas, y oscuras pasiones, ha sido el pretexto ideal, para conformar a la otra belleza humana que el hombre ha querido plasmar en su arte. Si bien el arte, es contemplado como la conjugación suprema entre el hombre y la divinidad, es dentro de nuestra época, que solo se esconde para reflejar el descontento de los hombres con los dioses.
Es el estado en donde se ha reflejado solo su carencia, y por lo tanto el estado en donde solo ha colocado la manera de crear arte, a través de los desechos que solo el construye. Belleza Americana, pinta lo más cercano a un cuadro de frustraciones americanas post-modernistas, llena de conceptuales momentos que recuerdan cada una de las expresividades del ser humano en su faceta oscura y de perversión. Cómo en La Caída, o como en Buffalo 66, dibujados a través de demoniacas mentes, que se piensan reconstruir a través de bellezas desdibujadas, y acordadas del modo más moderno posible. El arte ha perdido la validez que se había creado en su pasado. Es dificil encontrar dentro del propio acto humano, una sencilla razón para amar, desear y crear obras de arte. Las hay, y no se debe negar eso. pero es dificil encontrarlas con tan buena intención.

Otra sensación cercana ha sido la confrontación con la belleza estética de la vida misma. Soy adicto a algo, que muy anonimamente guardo bajo el costado. Tengo fuertes pero muchas veces, controladas escenas endonde salgo de control, y recurro a esta patética adicción, que me hace sentir extremos poco conformistas. Es dificil ser adicto a algo, o al menos, sentir lo más cercano a eso, y creo que aún más, cuando estás frente al debate oportuno de prescenciar, que hay cosas muy puras con las que no estás haciendo eco de tu propia experiencia. Al finalizar un temazcal, vuelves a nacer, sientes cómo te transporta esa energía poderosa de vitalidad, al estado verdadero de la vida. Allí mágicamente podría uno ver a la verdadera belleza de vivir. a la verdedadera belleza de amar, y de hacerse sentir bien. Coldplay me recordó también esos ultimamente. El Blues, y todas esas canciones country-folk, que te hacen sentir tan destapado de tanto maquillaje absurdo que la propia imagen humana ha presindido en todo este tiempo. Falta mucho para realmente amar a la belleza humana en su totalidad. Pero aun cuando se contemplen hechos poco igualables, siempre hay una constante que te hace ver lo más puro y certero en la prescencia, y ese, es dios.