Ayer mientras dormía comencé a escuchar un disco que lo considero de sumo corte fino musical. Recuerdo que antes de que iniciara mi sesión de casi seis o siete horas en el American Conquest ( un juego de estratégia muy pero muy popular en mi adolescencia en el que pasé muchas horas pegado al ordenador ) lo colocaba para que sonorizaba mis pequeñas o grandes aventuras. No Angel de la famosa Dido es un disco que fué muy importante en mi época puberta. Aún cuando en realidad no solía tener el olfato musical clasico que después me caracterisaría tengo gratos recuerdos. Dido, creó un disco en base a un pensamiento que ahora mismo me vino a la cabeza. Después de reconsiderar de que en realidad posiblemente sea un país para "gente débil", que ha aprendido a ser fuerte, reconsidero algunas utopias que de pequeño solía encotnrar al momento de colocar la primera pista de este tan enorme disco. Al parecer la única manera efectiva para derrocar a mis oponentes através de las campañas de American Conquest era por medio de un espiritu inicial de no contar con angeles, Dido, al realizó un álbum en donde pudiese haber desquitado muchas de las grandes cosas que desde pequeña la evadieron. En una entrevista otorgada a Selecciones, ella confesó haber vivido una vida vacía de todas esas cosas que nos hacen, crecer fuertes, y con armaduras bástas para poder introducirse al mundo. A decir verdad, lo notorio con lo que se cuenta la descripción musical de éste disco, es tan pero tan influyente, que termina describiendo exactamente eso. Que uno termina quejándose si no suele crecer con todas esas cosas con las que uno termina optando por la capa y espada para sí combatir en éste mundo. Al jugar American Conquest me pasaba lo mismo, un juego tan inteligente y complejo que me dió muchas cosas buenas para la vida. Recorrerlo a través de letras, que al finalizar solo terminan dándote las gracias por las infinitas posibilidades que te han dado las circunstancias para así ponerte fuerte frente a las tormentas.

Increíble, y aún más, que permaneció sin tanto ruido que lo hiciese brutalmente comercial.

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